domingo, 21 de julio de 2019

Crítica breve de "El rey león" (2019)

Mucho me temo que, aunque lo intente, ésta no va a ser una crítica objetiva. Decir que “El rey león” es mi película favorita de la factoría Disney no es ningún secreto para los que me conocen. Desde que me enteré de que iban a hacer un remake en “live action” (que no es en verdad un live action, ya que todos los animales están recreados por ordenador) tuve tanto miedo como expectativas.


Durante la semana previa a ir a verla estuvo impaciente porque llegara el momento. Cuando llegó el día no dejaba de mirar el reloj, nervioso, porque se aproximara la hora de la sesión de las 16:00. Una vez en el cine, los tráilers se me hacían interminables. Pero entonces… el castillo de Disney, los cohetes y su característico logotipo… Fundido desde negro y se ve la sabana africana. El sol comienza a alzarse con una voz que gritaba “¡AAAAAAAhhh!”. Escalofrío, toda la piel se me puso de gallina.


Plano a plano, me di cuenta de que todo ese inicio era una réplica exacta y calcada de la versión de dibujos animados (Ingoyama nengw' enamabala, Ingoyama nengw' enamabala, Ingoyama nengw' enamabala...) pero mucho más espectacular debido a que ya no eran dibujos animados, si no animales “reales” (insisto que todo estaba hecho por ordenador, pero su realismo es tal que parece un documental de la NatGeo).


Os juro que cuando acabó “El ciclo de la vida” con un fuerte sonido y la aparición del título “El rey león” en la pantalla estaba temblando casi.
¿Es buena la película? Depende de lo que busquéis en ella. Si esperáis encontrar una nueva adaptación creo que posiblemente decepcione a muchas personas; si por el contrario sois como yo y esperáis re-encontraros con esos personajes, reviviendo la nostalgia y viendo unas espectaculares imágenes (porque eso sí, visualmente es la leche, tiene unos planos y un colorido magníficos) entonces seguro que la disfrutaréis como enanos.
Realmente no es más que la misma historia de la original, con pocos cambios que creo que mejoran y potencian la película de 1994 de dibujos animados. Estos cambios te profundizan ligeramente en la trama y en los personajes, como la cicatriz de Scar o la partida de Nala en busca de ayuda. O sencillamente cambios que no afectan nada a la historia pero que están ahí, imagino, para darle un toque fresco a la película, como los animales con los que conviven Timón y Pumba o la pelea final entre Nala y Shenzi.


Hay planos, como digo, que son calcados de la original. El momento en que Mufasa cae por el acantilado sobre la estampida de búfalos es idéntico, incluso los movimientos del león están clavados (sí, me los conozco de memoria xD), el movimiento de cámara desde un primer plano de la cara de Simba alejándose con rapidez mientras éste grita es igual (aunque he de reconocer que en acción real éste plano me chirrió un poquito, pero es permisible). Y sí, se me volvió a encoger el corazón con la muerte de Mufasa.
Con timón y pumba me reí, como siempre, y me pareció un gag buenísimo la referencia que se hace a “¡Qué festín!” de “La bella y la bestia”, me dejó a cuadros y con una sonrisa incrédula en la boca.
Las canciones son todas las de la película original más una extra, “Espíritu”, que aparece en el momento en que Simba regresa a su reino (tengo entendido que ésta canción aparece en el musical). En más de una ocasión me descubrí a mí mismo “bailando” al ritmo de las melodías y tarareando sus letras por lo bajo.


“Es la noche del amor” muestra imágenes diurnas, lo cual me chocó un poco, ya que la propia canción habla de “LA NOCHE del amor”, pero tampoco es algo que me moleste de verdad, es más que nada por buscarle pegas a la película.


A pesar de que dura dos horas, se me hicieron cortísimas. A medida que avanzaba la película, me sentía un poco mal porque sabía que se acercaba el final y no quería que terminase. Los paisajes realzaban la belleza de la naturaleza y las escenas oscuras lo eran aún más que la película original. Me llamó la atención (que no digo que sea bueno ni malo, sólo curioso) que las películas actuales tienen una proporción de imagen de 21:9, mientras que ésta película mantenía el 16:9 de las películas más antiguas.


En el cine había muchos espectadores de mi edad, veinteañeros y treintañeros, y vi padres con sus hijos que habían llevado al cine a ver la película que (seguramente) ellos vieron en su infancia. El ciclo de la vida, como muy bien decía la canción del inicio y el final de la película. Y al terminar la proyección oí cómo a los pequeños les había gustado mucho.
Hay dos puntos que no me han gustado y que creo que lo hizo mejor la versión del 94 y son:
1)      La voz de Scar: en el doblaje castellano es una voz muy suave y dulce, para nada agresiva y mucho menos amenazadora. De hecho dan más miedo las hienas que el propio Scar.
2)      La canción “Preparaos”: Es más corta que la original y muy sosa. Esperaba que fuese a ser espectacular pero no, me llevé un chasco en ese aspecto.
Por lo demás, para mi gusto, es igual o superior a la de dibujos animados.


Si esperáis encontraros cosas nuevas u otra adaptación diferente a la original, puede que os llevéis un chasco. Si esperáis encontraros con la misma película con unas imágenes bellas y potentes, con unos personajes en “carne y hueso”, la vais a disfrutar como enanos.
Si para estas Navidades está a la venta, ésta peli cae en mi colección en bluray fijo. La vi ayer en el cine y quiero volver a verla ya de nuevo. Personalmente quedé muy satisfecho y encantado con la película, aunque ya os digo que no vais a ver nada nuevo que no hayáis visto antes. Es una película para nuevas generaciones que no conozcan la historia original y para las generaciones de mi edad que quieran vivir de nuevo esa nostalgia, pero no hay nada nuevo que pueda sorprender a quien ya conoce la historia.


Yo le daría un ocho u ocho y medio sobre diez por todo lo que me ha hecho sentir, reír, emocionarme y cantar.

miércoles, 10 de julio de 2019

Reseña de TRAUMA, de Javier Núñez



“Trauma” es una novela que podríamos encajar en el género de thriller con tintes sobrenaturales. A grandes rasgos me ha parecido una novela entretenida, aunque he de reconocer que pensaba que la historia iba a ir por un camino y se ha desviado hacia otro distinto (y eso no tiene porqué ser necesariamente malo, ¡ojo!). A quien le guste Stephen King, estoy seguro que le va a gustar ésta historia, pero ésta vez ambientada en España.


No puedo contar demasiado de la trama sin caer en spoilers, pero intentaré hablar como pueda sobre la novela y mis impresiones al respecto. 
La narración comienza presentándote a Santiago que tiene sueños extraños y que parecen manifestarse, de una forma u otra, en el mundo real. Incluso los efectos en el mundo real parecen poder ser visibles para el resto de personas, es decir que no es una alucinación del protagonista. Incluso en más de una ocasión, Santiago siente (y ve) la presencia de una… “entidad” (de la que no quiero dar demasiados detalles) en el plano físico, estando despierto. Resulta que esas experiencias oníricas son mensajes en clave que debe ir desentrañando, una petición de ayuda enviada desde… ¡algún sitio! (o época).

La novela está dividida en tres partes y un epílogo. En la primera parte, durante la presentación del protagonista y su situación, he echado en falta un poco más de diálogos, aunque esto lo suple el autor de manera muy hábil con capítulos breves y rápidos que van al grano y hacen mucho más ligera y animada la lectura. En la segunda parte, el número de diálogos aumenta, así como los personajes involucrados, aunque el elemento sobrenatural parece quedar un poco relegado para centrarse en los personajes. En esa segunda parte adquieren importancia tanto los personajes como sus vidas, los conocemos más en profundidad, conocemos muchos detalles de sus pasados. Se puede decir que la tensión, más que en un elemento sobrenatural, se centra más en un aspecto más psicológico en la mitad del libro. En la tercera parte se resuelve la situación, pero ¡ojo! Eso no quiere decir que no haya alguna que otra sorpresita, incluso en el epílogo.


Es una obra que me parece que está bien trabajada. Hay escenas en las que, al leerlas, no entiendes por qué pasan (la del hacha en el coche, por ejemplo), pero unas páginas más adelante lo comprendes todo y esos detalles me gustan. Tiene unos momentos que te hacen sentir bastante incómodo, en especial según se va acercando el final.

La cantidad de elementos sobrenaturales y elementos psicológicos (con elementos psicológicos me refiero a thriller psicológico, no sea que se me malinterprete) son inversamente proporcionales. Si bien al comienzo hay muchos elementos sobrenaturales y no tanto elementos de un thriller psicológico, a medida que avanza la novela, esto se va cambiando y la obra finaliza con muchos elementos de thriller psicológico con pinceladas de toques sobrenaturales.

Toda la novela está escrita con un lenguaje muy accesible y sencillo, no hay florituras ni frases innecesariamente recargadas. Es bastante directa en cuanto a lo que narra, no se anda con muchos rodeos. En ese sentido, punto para la novela. Y el giro que da al final te deja chof, pero para bien. Te das cuenta de que el verdadero terror no proviene del mundo sobrenatural, si no del real y tangible.


COSAS QUE ME HAN PARECIDO MEJORABLES (detallitos que obedecen más a mis gustos personales que a una mala ejecución de la historia):

- Se repite en varias ocasiones la frase “en la primavera y verano de 1993” para referirse al periodo en que los protagonistas jugaban juntos de pequeños. Esto en sí no es nada malo, pero hubiera preferido que en ocasiones sólo mencionara el año, o algo así como “en aquella época”, por ejemplo. No sé, lo que sea, pero que no fuese la misma frase tan a menudo.

- El personaje principal me ha desconcertado un poco, había momentos en los que me parecía un hombre con nervios de acero y en otros momentos me parecían un poco ilógicas sus acciones, impulsivas y sin sentido. Que sí, sé que esto se debe a que Santiago está pasando por unos momentos de inestabilidad emocional y que se pueden producir estos contrastes, es realista en ese aspecto, pero personalmente hubiera preferido un personaje  más inclinado hacia un lado de la balanza (aunque tenga pinceladas puntuales del lado opuesto). En otras palabras, personalmente hubiera preferido o: 1) un personaje desequilibrado con momentos puntuales de fortaleza o: 2) un personaje fuerte con momentos puntuales de debilidad.


EN CONCLUSIÓN:
Es una novela entretenida, bien escrita, que se lee rápido y que tiene algunos giros interesantes en la trama.

FRASE QUE ME HA ENCANTADO:
“El cerebro era un cabrón inclemente que disfrutaba desatascando la ponzoña que se acumulaba en los recovecos de la memoria”.