jueves, 25 de febrero de 2021

Reseña de MINA, FAMILIA HUMANA, de Alex Florentine

 


Hoy toca reseña de “Mina, familia humana”, la segunda parte de “Mina, casi humana”. Publicado en Amazon en 2020, por Alex Florentine (autora del primer libro) y cuenta con 136 páginas. Recomiendo leer también la reseña del primer volumen (justo la entrada anterior en este blog), ya que ambos libros tienen relación y las reseñas también (de hecho, iba a hacer una sola reseña de los dos libros, pero al final decidí dividirlas y dedicarle una entrada a cada volumen).

 

“Mina, familia humana” continúa con las peripecias y datos sobre Mina, la protagonista gatuna de las dos entregas. Pero en esta segunda parte, introduce en la historia un nuevo descubrimiento para la gata (y para todo ser humano): la pandemia de Covid-19.

 

La historia de amor (porque no deja de serlo, aunque sea entre un felino y sus dueños a los que Mina llama y considera como sus papás), habla de la delicadeza y los cuidados que se tienen respecto a Mina por parte de su mamá y su papá ante esta imprevista situación que azotó a todo el país y el mundo entero. No le es ajeno a Mina y también a ella le afectan todos estos cambios. Además, en el mismo tono que nos tenía acostumbrados, vamos viendo cómo Mina va conociendo el mundo que le rodea, con curiosidad e interés. Sin embargo, a pesar de hablar, entre otras cosas, sobre las restricciones y mascarillas impuestas por la situación sanitaria, no es para nada triste. Muy al contrario, he encontrado mucho más humor que en el primer volumen. Mina tiene más desparpajo e ironía al contar sus experiencias y vivencias, aunque sin perder la vista del público objetivo: el infantil. Hay dos capítulos en especial que me hicieron mucha gracia en particular y son el de la playa (y el supuesto enorme arenero) y el del árbol de Navidad. Y siempre es muy curioso leer cómo interpreta las cosas que, para el resto de los humanos, son normales y corrientes. Las letras en cursiva, en ambas novelas, son las explicaciones que da Mina respecto a las extrañas situaciones u objetos con los que se va encontrando.

 


Por supuesto, contiene fotografías como en el primer volumen, que van ilustrando lo narrado en la historia. Lo dije en la anterior reseña y lo repito en esta, son libros para cualquier amante de los gatos, independientemente de su edad. Aunque estén destinados a un público infantil, se puede disfrutar igual. Yo mismo me he echado unas risas con mis padres al comparar estas novelas con nuestros gatos y ver las similitudes de comportamiento entre ellos.  Y encima como están contados con tanta ternura, te dan calorcito al corazón y te animan (al menos en mi caso) a interrumpir la lectura para ir a hacerles carantoñas a mis felinos hermanitos (más aún).

 

Otro punto que me ha gustado mucho ha sido el… no sé si llamarlo metalenguaje. Mina habla del anterior libro y el cómo y porqué se empezó a escribir y se publicó. Mención especial merece el hecho de que la autora destina todo el dinero de la venta de estos libros para Mina, para comida, juguetes, veterinario, etc. Así que se podría considerar como novelas benéficas, en cierto sentido, aunque no esté promocionadas de esa manera.

 

Pero ojo, que este no es el final de la historia. En el último capítulo, Mina anuncia una tercera entrega de sus aventuras (yo ya lo sabía porque la autora me lo comentó en una charla, pero para la gente que no lo sepa, aquí va la noticia). Si habéis disfrutado con “Mina, casi humana” y “Mina, familia humana”, que sepáis que aún nos queda mucho por conocer de esta simpática gatita y sus peripecias. Yo, desde luego, tengo ganas de hacerme con la tercera parte en cuanto pueda.

 

En definitiva, una muy digna segunda parte (puede que incluso superior a la primera, pero considero correcto leer antes el primer libro para comprender muchas alusiones y referencias que hace Mina y entender en profundidad su historia completa), ligeramente más extensa, más humor, más diversión y con la misma ternura de la primera parte. Os animo a que compréis y leáis estas dos novelas que son cortitas, se leen muy rápido y que os van a hacer pasar un ratito muy ameno y agradable. Y, como diría Mina, “miauchas gracias por leer estas reseñas”.


Link de compra en Amazon (de las dos partes juntas): https://www.amazon.es/Mina-casi-humana-Aventuras-gato-ebook/dp/B0874S4BK4/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&dchild=1&keywords=Mina+casi+humana&qid=1624794446&s=digital-text&sr=1-1

miércoles, 17 de febrero de 2021

Reseña de MINA, CASI HUMANA, de Alex Florentine


Hoy iba a traer doble reseña, pero he decidido que mejor lo voy a hacer en dos entradas. Las novelas que nos ocupan esta vez serán “Mina, casi humana” y “Mina, familia humana” (ésta segunda para la semana que viene), ambas de la autora gijonense Alex Florentine.

Hoy, como digo, sólo hablaré de la primera parte: “Mina, casi humana”, publicada en Amazon en 2020, con 121 páginas.  Será una reseña sencilla que se complementará con la de la semana próxima.



¿De qué trata? Pues realmente no tiene una historia per sé, sino que más bien son una serie de escenas y situaciones que conforman una historia. Puede que sea un poco difícil de comprender esto que digo, pero si leéis la novela lo entenderéis. Pero bueno, podríamos decir que nos habla de Mina, una gatita negra que nos cuenta la historia a través de sus ojos. De cómo la rescataron (detalle muy importante, la adopción) y cómo comenzó a vivir con seres humanos y su evolución dentro del núcleo familiar, descubriendo el mundo, el veterinario, los paseos, etc.



La autora, a la que tengo el placer de conocer por redes sociales y hemos colaborado en un par de proyectos, me advirtió que era un relato destinado a un público infantil o juvenil, que no era literatura para adultos, y es cierto. Pero también es cierto que, para cualquier amante de los gatos como yo, eso no va a ser impedimento para disfrutarla. De hecho, en más de una ocasión me sacó una sonrisa al leer el comportamiento de Mina. Y es cierto que tiene un lenguaje sencillo y directo, con letras grandes, como si estuviera destinado a un público infantil, acompañado de algunas fotografías en blanco y negro. Pero como digo, si te gustan los gatos, vas a disfrutar leyendo el comportamiento de Mina y viendo cómo interpretaría un gato las situaciones de la vida. Obviamente, ha hecho una personificación del animal para conectar mejor.

Y cuando se hablaba del miedo de Mina ante algo desconocido o a un patrón que rompía la monotonía (que no diré cuál para no hacer spoilers), me daba una sensación de lástima enorme. Porque, vale, la novela puedes tomarla como ficción, pero en la vida real nuestras mascotas también se enfrentan a situaciones así y, hablando el mismo lenguaje, puedes explicarles lo que sucede, pero ni perros ni gatos ni ningún animal puede comunicarse de manera compleja con los seres humanos y debe de ser un sufrimiento para ellos ver algo que va mal y no poder comprenderlo. Me ha dado cosita esa parte de la historia, lo reconozco.

 

Otro detalle que me ha gustado bastante es que se explican cosas sobre los gatos que, quizás, la mayor parte de la gente desconoce y que es bueno saberlo y más si tienes o vas a tener uno. En otras palabras, tiene unos puntos didácticos muy interesantes. Y como digo, no tiene una historia en sí, sólo son escenas cotidianas de la vida de una gatita junto a sus dueños, pero es muy disfrutable, no sólo para un público infantil, también para los adultos. Sólo hay que sacar ese niño interior y dejarle disfrutar. El amor con el que se cuentan las cosas es muy tierno, los cuidados, la sensación de familia, cómo se alimenta a Mina o los juegos, o simplemente, cómo va descubriendo el mundo a su alrededor. Cosas que para la mayoría de las personas serían comunes y no se les prestaría atención, a ojos de Mina son todo un descubrimiento. Y te contagia esa ilusión y curiosidad de la gata. Ese punto le da un toque muy tierno de inocencia a Mina. Es muy bonito cómo lo vive. Lo siento, pero soy muy sensible y para estos animalitos, más aún.

Y creo que, para esta primera parte, voy a ir dejando de hablar de Mina, aunque volveré a hacerlo asique, si os pica la curiosidad, os invito a que, mientras tanto, vayáis conociendo a la autora y su obra.

 

En definitiva, “Mina, casi humana”, es una pequeña novela que es tan disfrutable tanto por niños (imagino, no he podido comprobarlo en primera persona al no tener hijos ni peques en mi entorno) como por no tan niños, es didáctica, entretenida, concienciada, divertida, original… Y vamos, ya como lo leas como lo hice yo, acompañado de mis dos gatitos, te va a encantar (los veía reflejados en cada escena y me daba una ternurita jejeje).

 

PD.: Sí, mis gatos también son negros, como Mina.





 Link de compra en Amazon (de las dos partes juntas): https://www.amazon.es/Mina-casi-humana-Aventuras-gato-ebook/dp/B0874S4BK4/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&dchild=1&keywords=Mina+casi+humana&qid=1624794446&s=digital-text&sr=1-1


miércoles, 10 de febrero de 2021

Reseña de MINUTOS IMPARES, de Adriana F. Alcol

 



Hace tiempo que no escribo reseñas y ando un poco desentrenado, quisiera volver a ello y voy a empezar con una pequeña (gran) novela que ha llegado a mis manos recientemente: “Minutos impares”, de Adriana F. Alcol, publicada en 2020 por Café Literario Editores. Creo que nunca una historia tan breve me ha dado para tanto que contar.

 

Para empezar, diré que me ha encantado (en parte también por motivos personales que ya explicaré más adelante). Le pondré un par de pegas que corresponden más a mis gustos personales que a la calidad literaria (por ponerme un poco tiquismiquis y que no sea todo de color de rosa), pero ya digo que me ha encantado y estas pegas no suponen en absoluto algo que desvalorice mi opinión sobre el libro. Quienes me conocen saben que no hago reseñas de películas o libros que no me hayan gustado: para hablar mal de algo, prefiero no hacerlo. Si esta reseña está aquí es porque el producto vale la pena.

 

¿De qué trata “Minutos impares”? Pues a grandes rasgos nos cuenta la historia de Lola, una chica de Malasaña que, tras una ruptura sentimental, regresa a su pueblo natal para reencontrarse a sí misma. Su jefe, Paco, le envía una serie de cartas contándole las vidas de los clientes del café que le ayudarán a replantearse su situación.

 

Conocía a Adriana de las redes y su blog y, cuando me enteré de que había publicado esta novela, me llamó la atención por la temática, pero en su momento no la pude adquirir por motivos económicos. Había leído recientemente un relato suyo para una convocatoria que realicé yo mismo para una antología benéfica sobre el barrio de Malasaña y, tal y como le dije a ella por privado, me gustó mucho su manera de narrar y expresar. Ahora que por fin he leído su novela, he de decir que la sensación se ha repetido multiplicada.

 

En un vídeo que ella subió a Twitter de una de las presentaciones de “Minutos impares” decía algo así como que todos somos un poco como Lola, ya que todos hemos pasado por un desengaño amoroso. Y aquí viene lo personal. En mi caso, no sólo he pasado por lo mismo, sino que además de una manera tremendamente similar con la protagonista y todo el entorno que la rodea. Por poner algunos ejemplos, en la novela se menciona que la separación se dio un sábado de julio tras un periodo de convivencia, y en mi caso fue un domingo de junio tras un periodo de convivencia. La manera de ver el mundo y afrontar las cosas de Lola se parece bastante a mi forma de hacerlo. Todos esos meses de duelo, melancolía, de sentir que se perdía el rumbo de la vida y de la ilusión… Ella trabaja en un café, como camarera, a unas calles de su piso, al cargo de un tal Paco. Yo trabajé en un bar restaurante, como camarero, a unas calles de mi piso, al cargo de un tal Paco, también. Y así varias cosas, incluso de los personajes secundarios (en especial en el caso de Juliana). Como comprenderéis, es imposible que no me haya sentido identificado y que no me haya tocado la fibra sensible. Pero este post no es para hablar de mí, sino de la novela.

 

Objetivamente hablando, la novela me parece magnífica. Una de las pegas que le iba a poner era que no soy muy adepto a las narraciones en primera persona y con escasos diálogos. Sin embargo, reconozco que me encantan Poe y Lovecraft, que son las excepciones a la regla, junto algún otro nombre más. Ahora debo incluir entre esas excepciones a Adriana (tanto por su relato en la antología como por la novela que nos ocupa). A pesar de que es un estilo que no va mucho conmigo, ha conseguido que me gusten sus escritos. Tiene muy buena mano para transmitir emociones y sensaciones con muy poquitas palabras y eso es algo muy difícil de lograr. Soy escritor y sé lo complicado que es, por lo que siempre lo aplaudo cuando lo leo en un libro (y más teniendo en cuenta de que es su primera novela). Es imposible, en esas pocas páginas, no empatizar y coger cariño a los personajes, aún a los secundarios. Están tan bien detallados con cuatro rasgos bien escogidos que parecen personas reales más que personajes. Esta chica tiene madera para la escritura.

 

Entre los puntos fuertes que tiene, a mi parecer, es que la historia en sí no es nada del otro mundo. Me explico, no tiene grandes romances, ni grandes pasiones, ni grandes escenas… todo es muy ordinario y común. Quizás ahí resida el hecho de que la gente se identifique tan bien con los personajes o la protagonista, porque todos hemos tenido las mismas experiencias, las mismas sensaciones, las mismas preocupaciones. Pero está contado con una precisión (quizás gracias a la elección de las palabras) que convierte a esta historia ordinaria en una extraordinaria. Estamos hablando de una novela que no llega a las cien páginas de extensión, sin embargo, está tan bien descrito todo, tiene tanta emoción y sensibilidad cada sentimiento, cada escena, que esas páginas son suficientes para que te toque y te cale esa historia tan común y mundana. No cae en el dramatismo fácil, ni mucho menos, es simplemente que, con poquita cosa, logra transmitir mucho. Hay novelas que son mucho más extensas pero que están vacías de alma (ejem, ejem, ¿eh, Dan Brown? Aprende, majete), esta es muy breve pero llena. Llena de delicadeza y sensibilidad que, a su vez, llena el corazón del lector. Enriquece. Esto sí es literatura con calidad para mí.

 

Otra cosa que me ha gustado mucho es que, en especial a través de las cartas del jefe de la protagonista, te da qué pensar, te incita a reflexionar (no sé si la autora lo hizo intencionadamente o no, pero yo cuento aquí lo que me ha transmitido). En varias ocasiones he tenido que parar un momento y dar un par de vueltas a la cabeza sobre lo leído. Uno se da cuenta de la verdad que hay entre esas páginas. Y no, no es que suelte peroratas moralistas ni nada por el estilo. Te muestra las experiencias de otras personas, es un bofetón que te saca de ese estado de melancolía y te señala lo que hay más allá, es un empuje, un llamado a seguir adelante con ilusión, una lección de empatía y de que todos pasamos por lo mismo, que no estamos solos en el desamor y que hay esperanza. Le estoy muy agradecido a Adriana por estas lecciones o enseñanzas (o mejor dicho llamados de atención) sobre los pequeños detalles y las cosas que realmente son importantes. Los tenemos a diario delante de nuestros ojos, pero no los vemos. En ocasiones nos cegamos en nosotros mismos y en nuestro dolor, no vemos nada más allá y es bueno que, ya que no somos capaces de verlo por nosotros mismos, venga alguien a recordarnos que hay vida y amor más allá de lo perdido, bien sea que se llame Paco a través de sus cartas o se llame Adriana a través su novela. Gracias.

 

No es una novela dramática, pesimista, melancólica… no. Todo lo contrario. Habla del amor en general, el amor hacia tus raíces, entre empleados, amor por los sueños y el trabajo, amor de pareja y, sobretodo, de la importancia del amor propio (el mayor amor de todos los mencionados). Deja un mensaje muy positivo y esperanzador. Así es, al menos, como yo lo he interpretado. Tengo que reconocer que, al llegar al final, al último capítulo, lo he leído con un nudo en la garganta. Ha sido un viaje precioso.

 

Otro detalle que no me ha gustado demasiado, pero que tampoco me importa, es que un capítulo en concreto no le he pillado el sentido. No dudo que lo tenga, pero no he sabido verlo. Aun así, por lo ya mencionado antes, no me molesta, ya que está muy bien escrito y no deja de ser satisfactorio leerlo. Y también le hubiera añadido unas páginas más, se me ha pasado volando y me hubiera gustado vivir en el mundo de Lola por un poco más de tiempo. Pero como digo, esto son gustos personales y es por poner alguna pega, porque en general me ha gustado muchísimo.

 

Desde mi punto de vista, dejando a un lado la subjetividad de mi identificación con los personajes, es totalmente recomendable su lectura. Desde luego que es una novela a la que sé con total seguridad que voy a acudir de nuevo en un futuro y a la que tomaré como referencia para recordarme a mí mismo ciertas cosas importantes sobre la vida y sobre el amor. “Minutos impares” rebosa vida.

 

¡Chapó, Adriana! Enhorabuena. Te deseo muchos éxitos con “Minutos impares” y los proyectos futuros que tengas entre manos. Sigue así.


Link de compra en Café Literario Editores: https://cafeliterarioeditores.com/producto/minutos-impares/